lunes, 11 de agosto de 2008

Meado por los elefantes



Se puede decir que Héctor Cúper tuvo suerte, o por lo menos alguna vez. En los primeros ochenta, y como jugador, integró el equipo que sería la excepción a la regla caballitense: el Ferro campeón de 1982 y 1984 lo contaba como zaguero central bajo el apodo de “cabezón”, gracias a una aparente habilidad para los remates de sabiola. Sin embargo, la historia más reciente lo muestra pasando siempre por el milímetro exacto donde la paloma desliza su pequeño bultito blancuzco.

Como DT se caracterizó, fundamentalmente, por perder finales y salir segundo, algo que por el Río de la Plata merecería el apodo de “Cebollita” o “Reuteman”. En 1992, al frente del Globito de Parque Patricios, vio escurrírsele de entre los dedos, en la última fecha y frente a Independiente, el último campeonato que otorgaba dos puntos al ganador de cada enfrentamiento. Si las innovaciones se hubieran adelantado unos meses tan siquiera, Huracán y Cúper daban la vuelta frente al rojo y el sexto grande nunca hubiera estado en discusión. Vélez Sarsfield, un año después, comenzaría con su racha ganadora que atravesó toda la década de los 90, durante la cual Huracán militó más de una vez en las segundas categorías. En 1997 pierde dos finales al frente del Mallorca, de España, ante Barcelona en la definición de la Copa Española, y luego a manos del Lazio italiano en la final de la Recopa Europea. Más adelante, ya como técnico del Valencia, es derrotado en dos nuevas finales, ambas de la prestigiosa Liga de Campeones: frente al Real Madrid, en París, en 2000; y ante Bayern Munich, en 2001 y en Milán.

“Cúper casi termina con mi carrera. Dejé Inter por su culpa. El sesenta porciento del equipo lo detesta, nunca ganó nada y siempre pierde las finales”, dijo el ex astro Ronaldo, en 2002, cuando abandonó el plantel del equipo italiano. Ocurre que el equipo azul y negro, bajo la dirección de Cúper, quedó segundo y tercero en los dos campeonatos italianos que atravesaron juntos. Sus últimas tres experiencias tampoco son las mejores. En 2004/05 dirigió nuevamente al Mallorca, club al que abandonó en 2006 mientras ocupaba la última posición del torneo. Más adelante condujo al Betis durante 14 partidos, del que fue expulsado al ingresar al penúltimo lugar en la clasificación. Finalmente, se puso al frente del Parma italiano, al que dejó al descender de categoría.

A pesar de esta seguidilla de segundos puestos y segundas divisiones, Cúper siempre siguió siendo convocado para dirigir. Pero había una deuda pendiente: conducir técnicamente a una selección. Esa deuda ya no pende más. Héctor Cúper es el nuevo entrenador de la selección de Georgia.

Los matutinos de hoy titulaban sus portadas: “Rusia bombardea la capital de Georgia. Es un infierno. La ciudad están en ruinas y hay cuerpos en las calles”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

yeah! its much better,

MarcosH dijo...

Reivindico al cuper técnico, no es nada facil salir segundo tantas veces, se dirá que faltan huevos para campeón y puede ser cierto. Pero es un tipo que va al frente y lo banco.
Lo maravilloso del ultimo contrato que tuvo Cuper con el Inter fue que estuvo cobrando casi un año, el primero de cada mes, el salario que lo seguía vinculando con el inter.
Sacando eso, concuerdo con el redactor, un tipo meado por los elefantes.

El Vasco dijo...

Digamos que no perdio por culpa del elefante, ni por el calor, ni porque lo bombearon, ni porque la mujer lo dejó, ni por cosas raras.
El tipo tiene una L grandota grabada a fuego en la frente.
Y de él sólo es la culpa.