jueves, 6 de marzo de 2008

El poder al poder

En necesario escribir ahora que el paladar está caliente. Acaba de terminar el partido de boca por la copa y me di cuenta de algo: vamos a salir campeones otra vez. ¿Acaso será por las gambetas endiabladas de román? ¿acaso será por la defensa férrea? ¿o tal vez será por la puntería impecable que demuestran los delanteros? Nonono. Nada de eso.Vamos a ganar otra Libertadores porque somos el equipo más picapedrero y horrendo que existe y porque tenemos unas pelotas y un ojete insuperables.
Yo veía plácidamente la contienda semidesnudo en mi cama, un poco aburrido porque no pasaba nada, mientras hacía equilibrio con una pelota tratando de parecerme a Michel Jordan cuando veo que el Atlas (mexicanos sucios) nos empieza a cascotear el rancho de todos lados. Si no fuera porque los compadres son pésimos y porque Caranta es un supercrack hoy estaríamos hablando de una derrota en la bombonera. La única verdad es que boca hace agua por todos lados. La defena no caza una, román si no juega no juega, el seba no puede hacerlo todo, vargas es el típico chabón que tenés cagazo de que se le salga la cadena y de pronto te deje con diez, ledesma no vino y los delanteros estaban muy lejos de donde se jugaba. Pero los minutos pasaban y Palacio empezó a hacer valer esos dos pulmones que tiene de más. Iba y venía, marcaba, generaba faltas, molestaba, trataba de empujar al equipo. Es posible que el rodra haya sido el único que se salva realmente. Por otro lado, el fantástico titán (super tribunero) levantaba a la gente tirándose al suelo, corriendo, luchando. El equipo se armó de arriba para abajo y no al vesre como debería ser, pero bue, se ganó.
¿Por qué digo todo esto? Porque necesitaba descargar, estuve esperando el gol del Atlas durante 90 minutos y pasó todo lo contrario. De acá a dos años, cuando alguien se fije en las estadísticas, va a parecer que boca los destruyó a los mexicanos, sin embargo fue a la inversa. Nos pegaron un pesto terrible y con una manito de los árbitros (como debe ser cuando un grande juega de local) más esta manga de burros que la tiran para arriba logramos sacar un partido chivo adelante.
Señoras y señores, así se ganan las copas. Ni con futbol, ni con nada, solamente con dos huevos de brontosaurio. Aguante boquita.
Nota adjunta: estoy cada vez más convencido de que macaya es un holograma perverso. Si uno aguza el oído y la memoria puede darse cuenta de que en realidad sus comentarios son extraídos de partidos viejos, de más de un año atrás. Es posible que ya esté muerto, junto con Fidel y Rodolfo Ranni. Ojo.
salú

1 comentario:

Juan Francisco Gentile dijo...

Las manitos de los árbitros para Boquita, en el torneo local, no suelen ser solo cuando juega de local...